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México no podrá contar con sus estrellas

Robbin Barberan - 24/08/2009 14:05

Earl Watson y Eduardo Nájera (Joe Murphy/NBAE/Getty Images)Cada verano nos encontramos con diferentes opiniones en el complicado tema que resulta de mezclar las obligaciones de los jugadores con los clubes y los intereses de los combinados nacionales. Este año no ha sido una excepción, y han sido múltiples los comentarios sobre la ausencia de Dirk Nowitzki con la selección alemana, convertida de repente en uno de los equipos más débiles del próximo Eurobasket.

La situación se repite en diferentes lugares del planeta, y la selección mexicana también se ha encontrado con la desaparición de un sueño: la presencia de dos veteranos jugadores de rotación en equipos NBA para intentar el asalto al Mundobasket del próximo verano.

Los casos de Nájera y Watson son muy diferentes, pero merece la pena detenerse por unos momentos en sus carreras en la NBA.

Eduardo Nájera inició su trayectoria en los Mavs allá por el año 2000, después de una interesante etapa en la universidad de Oklahoma. Eran tiempos de locura en Texas, con Don Nelson marcando su habitual sello ofensivo en un equipo liderado por Dirk Nowitzki y Steve Nash, con Michael Finley como complemento en la notación y notables carencias en la pintura, donde Shawn Bradley, Juwan Howard o Wang Zhizhi llegaron a completar un conjunto atípico, basado en lanzamientos exteriores. Dentro de todo esta amalgama de estilos y nacionalidades, Nájera consiguió hacerse un hueco en la rotación gracias a un esfuerzo sin límite, como bregador en la pintura, luchando por cada rebote como si le fuese la vida en ello, compensando así sus limitaciones ofensivas, sin demasiadas virtudes más allá de la continua actividad y la presencia en el rebote.

Los infructuosos asaltos al anillo por parte de los Mavs llevaron a que los traspasos y fichajes fuesen constantes. En uno de ellos, la posibilidad de adquirir a Eric Dampier desde los Warriors llevó a Nájera de camino a Oakland en el verano del 2004, durante la época de Mike Montgomery en el banquillo, aún con Mike Dunleavy o Troy Murphy con importantes roles en el estático de los Warriors. En febrero del 2005 es nuevamente traspasado hacia Denver, donde permanecería más de 3 años como complemento interior de los Kenyon Martin, Marcus Camby o Nené Hilario, de nuevo en un equipo con marcado carácter ofensivo y el juego volcado hacia el exterior.

El verano pasado firmó un contrato de 3 años con los Nets, donde apenas ha podido disputar 27 partidos esta campaña, con diversos problemas en la espalda, por lo que su franquicia no le ha dado permiso para incorporarse a su selección, con la que no juega desde el año 2003. “Nos habíamos preparado para jugar sin él, tenía muchas ganas pero su salud es lo primero”, declaraba el seleccionador mexicano Arturo Guerrero.

Earl Watson no podrá jugar con México al no haber conseguido el pasaporte a tiempo. De madre mexicana, había declarado estar muy ilusionado con la posibilidad de competir con ellos, pero no lograron solucionar los diferentes trámites administrativos.

Compañero de Baron Davis en UCLA, Watson debutó en la NBA en 2001 con los Seattle Supersonics, donde sus minutos llegaron como suplente de Gary Payton y entrenado por Nate McMillan. Reclutado el siguiente verano por Jerry West para los Grizzlies de Pau Gasol, allí vivió sus mejores momentos como jugador. Primero como suplente de Jason Williams, dentro de una estructura en la que se podía ver también una configuración con 2 bases en cancha y la presencia de Brevin Knight. Watson sigue hablando maravillas de la capacidad de Hubie Brown desde el banquillo. Su sobriedad en la dirección y capacidad para anotar en diversas situaciones de juego le llevaron a firmar un notable contrato con los Nuggets en 2005, por unos 30 millones y 5 años.

Poco duró en Colorado, traspasado a mitad de curso de nuevo hacia Seattle. En el último año de la franquicia en el estado de Washington fue el base titular del equipo, pero perdió el sitio con la llegada de Russell Westbrook, ya en Oklahoma City, lo que le convertía en una pieza prescindible y por lo que fue cortado este verano, para firmar después con los Pacers, donde probablemente sea el base suplente de T.J. Ford.

La ausencia de Nájera y Watson deja a la selección mexicana con pocas posiblidades para superar la fase de clasificación, con Rommel Beck como principal arma ofensiva, o la ayuda del fuenlabreño Gustavo Ayón o el veteranísimo Horacio Llamas, también con un breve pasado en la NBA hace una década en los Suns.

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