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Rudy Fernández y el desafío de los campeones: pros y contras

Robbin Barberan - 26/06/2011 11:44

Dentro de la cascada de traspasos habituales en la noche del draft hay uno que centra especialmente nuestra atención al tener a Rudy Fernández involucrado y poner así fin a sus 3 años de estancia en Portland. Dallas Mavericks, los actuales campeones, se hicieron con sus servicios junto a los derechos sobre Petteri Kopponen a cambio de sus elecciones en el draft con las posiciones 26 y 57, dentro de una operación a 3 bandas más compleja que llevó a Andre Miller hacia los Nuggets y a Raymond Felton a los Blazers.

 

Adiós a los Blazers

Cómo pasa el tiempo. Tras un prometedor inicio en la NBA con rachas de anotación y jugadas espectaculares que llamaban la atención de la liga, los problemas físicos, la falta de confianza y múltiples factores externos llevaron a que Rudy quisiera dejar Portland. En el inicio del último curso llegó a ser multado por la NBA en un par de ocasiones por declaraciones propias o de sus agentes sobre cómo deseaba abandonar unos Blazers en los que no se sentía a gusto.

Lejanos en el tiempo sus finalizaciones tras asistencia de Sergio Rodríguez que tantos highlights ocupasen, había transformado su juego a triplista ocasional, con problemas en el bote para desbordar a sus pares yendo hacia canasta e irregularidad en sus porcentajes desde el exterior que no sólo llevaron a que su rol fuese menor por tener a una superestrella como era -el ahora menor por las lesiones- Brandon Roy en una posición similar, sino a ser claramente superado por los Matthews o Batum.

En su tercer año ha mejorado la triste campaña anterior y dejado atrás los problemas físicos, pero sigue lejos del brillo que prometía en sus inicios con los de McMillan, quien siguió utilizando al balear en la rotación incluso en sus peores momentos.

 

Nueva aventura con los campeones

Cómo pasa el tiempo. Hace poco más de un año el proyecto deportivo de los Mavericks parecía agotado e incluso asomaba en lontananza la posibilidad de que Dirk Nowitzki decidiera cambiar de destino, en una nueva aventura para poder volver a luchar por el anillo, tras ver cómo únicamente el papel de Caron Butler y el último partido de Rodrigue Beaubois aparecían como apoyo a la aportación del alemán en la dura derrota por 0-4 ante San Antonio en la primera ronda de 2009. Los mismos Butler y Beaubois que no pudieron jugar en la postemporada un año después con la consecución del anillo por parte del equipo de “NoRingski”.

Ahora, el planteamiento es radicalmente diferente, pues el objetivo es repetir el éxito logrado este curso. Qué cosas.

Rudy a Dallas, ¿por qué, por qué?

Nos encontramos en un momento especialmente delicado para la NBA. A apenas unos días de finalizar el convenio colectivo que regula el marco de contratación y sin un acuerdo próximo en el horizonte, no sólo es real el peligro de quedarnos sin competición la próxima temporada sino que las dudas sobre cómo se podrá fichar dificultan cualquier mínimo intento de análisis sobre las plantillas futuras. Mientras la patronal “amenaza” con la implantación de un nuevo límite salarial “duro” en el que no se puedan usar excepciones para reforzar la plantilla cuando se esté por encima del tope salarial, resulta imposible predecir a día de hoy las posibilidades que tendrán en Dallas para renovar a Tyson Chandler, Caron Butler, DeShawn Stevenson, J.J. Barea o Peja Stojakovic, lo que obligaría a dar todo un meneo a la actual plantilla.

 

Con la adquisición de Rudy los texanos se hacen con los servicios de un anotador exterior que posee mucha más experiencia que un novato de finales de primera ronda, y lo hacen a un precio más que asequible, pues son poco más de 2 millones de dólares los que Fernández tiene comprometidos en su contrato para el próximo curso. Como dice Donnie Nelson:

Es joven, atlético y puede anotar, pensamos que sus características pueden encajar bien con nuestro juego y suponen una apuesta de menor riesgo que un novato, más si pensamos en su capacidad desde el triple. Llevamos siguiéndole bastante tiempo y creemos que su fichaje llega en el momento adecuado y en el sitio perfecto.

Los quintetos de Carlisle y la rotación exterior

Si hay una característica que ha predominado en el entrenador de los Mavs ha sido la búsqueda continuada de los mejores quintetos, con múltiples cambios en la rotación a lo largo del año, no sólo provocados por las numerosas lesiones que aquejaron a la plantilla texana sino en la búsqueda de un equilibrio que potenciase las virtudes de una plantilla profunda, provocando que hasta 15 jugadores diferentes fuesen titulares al menos en un par de encuentros en algún momento de la temporada regular.

 

Kidd, Chandler, Nowitzki y Butler salieron desde el inicio en todos los partidos que jugaron, aunque Caron sólo en los 29 encuentros disputados antes de su lesión de rodilla y Beaubois prácticamente podría decirse que tomó su rol por salir de titular en 26 de los 28 partidos disputados tras iniciar el curso lesionado y volver a tener problemas con su pie izquierdo. Marion y Stevenson fueron los principales comodines usados por Carlisle en diferentes momentos del curso, aunque la necesidad de potenciar el lanzamiento exterior para sacar partido de las ventajas generadas en ataque por las ayudas defensivas a las que obliga Dirk llevase incluso a experimentos como los de Pavlovic o Stojakovic antes de ver a Barea ocupando la titularidad en los últimos partidos ante Miami tras tener la eliminatoria en contra por 1-2.

El papel de Rudy: Si todo sale bien…

Desde la franquicia de Cuban ya se ha dejado caer la posibilidad de que Rudy ocupe un puesto en el quinteto titular en el inicio de la temporada.

 

Las dudas sobre la posible renovación de Stevenson y Barea crean un “hueco” en la rotación que podría perfectamente ocupar el balear. Con Kidd en camino de cumplir 39 años, lo lógico sería que su tiempo de juego fuera disminuyendo, incluso quizás hasta el punto de perder la titularidad -o de verse superado en tiempo de juego- con Rodrigue Beaubois, en el caso de que el francés diga por fin adiós a los problemas físicos y despeje las dudas sobre su potencial, dado que se convirtió en el primer jugador capaz de terminar su temporada de debut con porcentajes superiores al 50% en tiros de campo, 40% desde el triple y 80% desde el libre, además de dejar memorables actuaciones como los 40 puntos con 9 triples ante Golden State Warriors y el festival del último partido en ese primer año ante San Antonio, con 16 puntos en 21 minutos.

Cuando hablamos de titulares y suplentes, a veces nos dejamos muchas cosas en el tintero. Al igual que ha sucedido en gran parte de la carrera de Ginóbili, Jason Terry sale desde el banquillo para convertirse en la primera o segunda referencia ofensiva de su conjunto, llegando a jugar la mayor parte de los minutos.

 

Con la anotación en individual como su principal virtud -junto a las apariciones estelares en los últimos cuartos-, Terry ha sido una pieza fundamental en los de Dallas y nada hace pensar que su importancia vaya a disminuir el próximo curso. Ahora bien, el hecho de que no salga desde el inicio puede llevar en ocasiones a que Dallas necesite un mayor punch de anotación, algo en lo que Rudy podría jugar un papel importante, especialmente si Barea, Stevenson, Stojakovic y/o Butler abandonan el equipo.

En cierto modo, la misma necesidad que llevaba a que J.J., Pavlovic y Peja salieran como titulares en diversos momentos del curso, queriendo aportar una mayor ayuda a Dirk y sin necesidad de que el alemán esté obligado a generar todas las posibles ventajas. Algo así como no obligar a que sea contingente en cada ataque, “sólo necesario”.

De ser Kidd y Marion titulares en la línea exterior, Rudy podría aportar la capacidad de generarse sus propios tiros en la línea exterior como contrapunto a las características de Jason y Shawn, y un buen inicio de temporada podría suponer exactamente el tipo de revulsivo que necesita su confianza para mostrar un mejor rendimiento en la NBA.

El papel de Rudy: Las dudas

Resulta habitual encontrarnos dentro de los quintetos titulares de casi todos los equipos un par de plazas asignadas a jugadores cuya misión es la potenciar el juego defensivo, bien desde la agresividad en la marca individual o ayudas, bien desde un papel de stopper o incluso para potenciar el equilibrio entre las llamadas “primeras y segundas unidades”, una especie de punto intermedio entre “no gastar toda la pólvora en los primeros cartuchos” y cubrir las posibles deficiencias de la plantilla.

Si Tyson Chandler ha sido el pegamento de la línea interior por su capacidad reboteadora e intimidación y Marion ejerce de “chico para todo”, Stevenson fue el elegido durante gran parte del curso por Carlisle en la línea exterior para “pegarse” con las estrellas rivales, y resulta difícil imaginar a Rudy ejerciendo un papel similar. Si bien ha mostrado ser un más que correcto defensor, el balear está lejos de ser un especialista en el apartado defensivo.

En uno de los más silenciosos traspasos del trade deadline, Dallas se hizo con los servicios de Corey Brewer, joven con notable capacidad atlética que no pudo hacerse con la confianza de su entrenador, llegado a mitad de curso y con notables carencias en el apartado ofensivo. Desde un inicio se apuntó que su llegada era una apuesta de futuro, y quizás pudiera desempeñar la labor de Stevenson si lograse mejorar sus porcentajes de tiro en los lanzamientos liberados desde el exterior.

 

Además, cabe también la posibilidad de que Beaubois sea usado como escolta -fueron habituales sus presencias junto a Kidd en el quinteto titular este año- , junto a que la hipotética renovación de Butler y Barea reduciría notablemente las posibilidades en cuanto a minutos de juego. Butler era básico para Carlisle, y el boricua ha realizado unos Playoffs de escándalo, a un extraordinario nivel.

De nuevo, las incógnitas sobre el marco de contratación y las posibles ofertas que lleguen a recibir de otros equipos nos darán la solución a la continuidad de estos jugadores, dado que Cuban ha mostrado en la última década no tener reparos a la hora de sacar la chequera para buscar opciones de que su conjunto disputase el anillo.

Si bien la llegada de Koponen no se espera hasta 2012 como pronto, desde Dallas se ha mostrado interés en la posible adquisición de Nick Calathes, con una cláusula cercana al medio millón de dólares para abandonar el PAO hacia la NBA, pero las dudas sobre el futuro del club griego que podrían alentar el viaje contrastan con el deseo de los Mavs de probar al jugador en unas ligas de verano que no se celebrarán por la amenaza del lockout.

En definitiva, son muchas las dudas que aparecen en lontananza sobre el papel de Rudy, tanto a la hora de conocer el nivel de juego que nos mostrará como las oportunidades de que dispondrá en un conjunto de tanta exigencia y con numerosas opciones en su plantilla.

Por no meternos en la posibilidad de que no haya NBA el próximo curso o cómo le podrían pitar los oídos a Carlisle cuando desde la península analicemos el papel de Rudy y sus minutos de juego, tal y como ha sucedido con los Phil Jackson, McMillan, Hubie Brown, Sam Mitchell y tantos otros.

 

Vamos, parafraseando o plagiando a meej, que nos quedamos tras el traspaso entre el pánico por el susto y la tranquilidad.

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