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Miami Heat deja casi cerrada su “superplantilla”

Robbin Barberan - 01/08/2010 18:30

Fueron más de dos años machacando con el famoso verano del 2010. Desde el “pues seguro que Nash se reúne con D’Antoni en los Knicks”, “e igual pujan por Yao”, hasta el más repetido “pero el que seguro que va es LeBron”, han sido en ocasiones cansinos hasta la saciedad muchos de los rumores que han tenido repercusión. Terminado el jaleo, no cabe duda de que habemus ganador en el mercado del verano: Miami Heat. Con una arriesgadísima estrategia y el aval de la presencia de Dwyane Wade, la llegada de LeBron James y Chris Bosh conforma un estelar trío dispuesto a luchar por todo. Repasemos cómo se llega a esta situación y cuáles sin las armas de las que disponen para su asalto al anillo del próximo curso.

Para poder lograr la incorporación del trío de estrellas, se ha  tenido que dar unas curiosas alineaciones de planetas unidas a las operaciones de Pat Riley destinadas a disponer del mayor espacio salarial posible. Ya os hablamos del traspaso de Cook a los Thunder junto con una primera ronda y del corte de James Jones, así como del interés en perder de vista al inadaptado Beasley, tras una etapa en Florida llena de sinsabores y circunstancias extradeportivas. El joven Beasley fue finalmente traspasado a Minnesota por dos futuras segundas rondas, y no era necesario recibir salario a cambio por estar los Wolves muy por debajo del tope salarial. Con ese espacio, en las oficinas de los Heat han montado el Belén.

El primer regalo para su afición fue el anuncio de la renovacion de Wade, que llegaba además con el deseado refuerzo interior, Chris Bosh. Un día después, LeBron James anunciaba en un programa de televisión que también se unía al conjunto de Miami, e incluso los 3 jugadores aceptaban un salario menor del que otras franquicias podían llegar a ofrecer para dejar un pequeño margen con el que intentar completar una plantilla de garantías. Detengámonos un momento en este aspecto.

Por tener entre 7 y 9 años de experiencia en la liga, el máximo salario que podrían cobrar la próxima temporada era el correspondiente a un 30% del nuevo tope salarial, lo que significa 16.324.500 dólares. En el actual marco de contratación, los contratos pueden tener una duración máxima de 5 años si se firma con un nuevo equipo y 6 si se trata de una renovación. También cambia el margen de maniobra en la progresión del contrato en cada uno de estos casos: puede aumentar -o disminuir- hasta un 10’5% el salario cada temporada si se trata de una renovación, pero el margen se reduce a un 8% si se cambia de franquicia. Sin embargo, existe una operación de la que se pueden sacar notables ventajas por todas las partes, el sign&trade, que permite renovar al jugador para ser traspasado.

En el caso de que el equipo que quiera el fichaje tenga espacio salarial suficiente, se genera una excepción salarial con la que la antigua franquicia posee margen de maniobra a la hora de buscar otros refuerzos para paliar la marcha de su estrella, y el jugador ve cómo los aumentos de salario cada temporada pueden ser mejores. Y eso ha pasado con Bosh y James, al aceptar esta operación tanto Toronto como Cleveland en operaciones con las que también han recibido futuras elecciones de primera ronda del draft procedentes de los Heat.

La ampliación de contrato de Wade es por 6 temporadas y algo más de 107 millones de dólares, según los datos recopilados por la prensa estadounidense. Empezando con un salario aproximado de 14.200.000 dólares, ligeramente inferior a las cantidades de James y Bosh, quienes empiezan cerca de los 14 millones y medio y suman en total casi 110 millones de dólares también por 6 cursos. Eso ha permitido a Riley completar su plantilla en mejores condiciones que si el trío hubiese optado por la máxima oferta posible.

Dwyane Wade es el héroe de la película, puesto que la estrella de los Heat es el principal motivo por el que llegan Bosh y James. Ellos han sido “los traidores” de la película.

Uno no puede evitar pensar que resultan un tanto bochornosas las críticas a James por su decisión. La tremenda audiencia del programa televisivo -con un elevado porcentaje de los beneficios destinados a fines benéficos- en el que anunció su fichaje por los Heat y cómo protagonizó todas las portadas de la prensa la mañana siguiente hacen que sean algo ridículos los ataques al jugador. Por no meternos en las valoraciones de Barkley, Jordan o Magic sobre su elección, puesto que sir Charles forzó su salida de Philadelphia y se mostró encantado del traspaso a Houston, Michael no dudó en firmar contratos superiores a los 30 millones de dólares por una temporada y Earvin declaró en su momento que si no hubiese sido elegido por los Lakers en el draft quizás hubiese renunciado a la NBA, lo que deja en incongruentes -y un tanto hipócritas- las críticas explicaciones que cualquiera de ellos 3 han realizado sobre la decisión de LeBron.

Tampoco se ha librado de la quema Chris Bosh, acusado por Bryan Colangelo de no querer reincorporarse al equipo tras sus lesiones en el tiempo apropiado, cuando los Raptors se encontraban luchando por el octavo puesto de la Conferencia Este que daba paso a los Playoffs. Ya se sabe que del amor al odio hay un paso. O menos.

Pero volvamos a la parte deportiva. Si el trío estelar ocupará la atención de la liga en los próximos meses y son considerados como uno de los grandes candidatos al anillo, había que completar los elementos de la plantilla. Empecemos por la parte conocida:

Mario Chalmers podría ocupar un puesto en el quinteto titular. Base joven que destaca por su contribución en individual, presenta algunas carencias en la distribución y en la toma de decisiones que podrían perjudicar a su evolución o simplemente ser fruto de la edad, aunque el hecho de que sus registros -y sus minutos- hayan bajado esta temporada respecto a la de su debut no permiten ser excesivamente optimista. Pese a todo, su muy bajo contrato hizo que no se plantease en ningún momento un posible traspaso para aligerar carga salarial.

Carlos Arroyo volverá a formar parte del equipo. Terminó la temporada como base titular, aunque tendrá difícil conservar el puesto. Con muy buenos porcentajes el curso anterior, sabe que su rol será secundario pero es capaz de tomar decisiones en ataque.

James Jones es un caso más que curioso. Fue cortado antes de la apertura del mercado, puesto que tenía una cláusula que permitía hacerlo sin tener que pagar la totalidad de su contrato. Una vez hecho esto, ha vuelto a firmar con Miami un contrato mínimo por 2 temporadas, en las que cobrará por dos aspectos distintos: el contrato anterior y el nuevo. Alero tirador exterior de rachas, tendrá ahora más difícil la lucha por minutos de juego.

Udonis Haslem era una de las grandes incógnitas. Miami había renunciado a los derechos sobre el jugador para poder pujar por Bosh y James, así que una vez incorporados éstos no podían renovar su contrato por las cantidades que otros sí podían llegar a ofrecer. Sin embargo, el tiempo que lleva en la franquicia -el roce hace el cariño, dicen- y lo atractivo del proyecto han logrado que firmase por 5 temporadas y algo más de 20 millones de dólares en total. Intenso en defensa y buen reboteador, tiene un más que interesante tiro a media distancia. Si bien su altura no le permite jugar de “cinco” de forma regular y a veces tiene problemas en los emparejamientos, es probable que sea el segundo interior que más minutos esté en la cancha, por detrás de Bosh y seguramente desde el banquillo.

Joel Anthony podría ser el pívot titular. Renovó por 5 años y algo más de 18 millones de dólares, jugando los Heat con la ventaja de que su bajo contrato anterior apenas ocupaba espacio salarial a la hora de mantener sus derechos. Pese a sus grandes carencias en ataque, su capacidad de rebote e intimidación quizás sean suficientes para buscar un rol complementario en el equipo con muchos minutos.

Jamaal Magloire es todo un veterano que ha firmado la renovación por el contrato mínimo. Experiencia y saltar a la cancha en ocasiones contadas es casi todo lo que podemos esperar de él, y ya el curso pasado tuvo un papel marginal desde la posición de pívot.

Y es que, pese a las estrecheces salariales una vez que firmaron las estrellas, han logrado completar un equipo apañao:

Mike Miller es, en cierto modo, una especie de Udonis Haslem exterior en los Heat. Con su presencia, Spoelstra puede jugar con distintas composiciones en el perímetro, puesto que podría ser usado tanto como recambio  para Wade o James como compartir quinteto con ellos por la capacidad de generar juego -y ventajas- de James y Wade. Si bien conocemos sus virtudes en el tiro por su presencia en los Grizzlies de Pau, en los últimos años ha estado muy castigado por las lesiones y ha reducido de forma notable sus lanzamientos a canasta. Se encuentra en un ambiente ideal, en el sentido de que todo hace indicar que dispondrá de numerosos tiros abiertos y será una amenaza constante aunque sea un jugador más lento que en su plenitud. Con casi 30 millones por 5 temporadas, cabe la posibilidad de que hubiese recibido mejores ofertas pero será uno de los principales suplentes de Miami. Hay que destacar que, una vez firmados Bosh, James y Wade, y con las opciones de Anthony y Chalmers ejecutadas, el espacio salarial restante de Miami se gastó en el fichaje de Miller y la renovación de Haslem, así que el resto de contratos han debido ser por la cuantía mínima.

Zydrunas Ilgauskas ha formado un contrato mínimo por 2 temporadas. Fue uno de los mejores reboteadores ofensivos de la competición la última década y posee un enorme arsenal ofensivo, pero los años pesan más que los kilos y ha disminuido de forma notable su aportación en los últimos cursos. Alguna finalización interior, lanzamientos a media distancia e imponer su altura en la zona será probablemente el rol que se le otorgue, pero tampoco se le puede pedir mucho más. En cierto modo, puede hablarse de 3 pívots en los que se ha notado el paso del tiempo durante las eliminatorias de Playoffs los últimos años: si en 2008 fue Shaq el castigado por el pick&roll de los Spurs, en 2009 le pasó lo mismo al lituano ante Orlando y este 2010 Tim Duncan sufrió en sus carnes la misma medicina ante los Suns. Pívots importantes que son castigados por su falta de velocidad, una vez son obligados a defender en situaciones exteriores. Qué cosas, cómo ha cambiado el baloncesto los últimos años.

Juwan Howard también ha sido contratado por el salario mínimo, en su caso por una única temporada. Llega a Miami… 14 años después.

En 1996 llegaron Miami y Howard a un acuerdo por 100 millones de dólares y 7 temporadas, pero la NBA consideró que el contrato no se ajustaba al convenio colectivo, rompía el acuerdo y permitía la renovación de Juwan con los entonces Bullets. Riley se mostró especialmente crítico con la decisión de la oficina central de la NBA.

Si el año pasado Howard era prácticamente la última incorporación de Portland a su plantilla, las lesiones de Oden y Przybilla le dieron la oportunidad de jugar mucho más de lo esperado, respondiendo con un más que correcto rendimiento tanto en defensa como en ataque y el próximo curso volverá a luchar por hacerse un hueco en la rotación.

El último fichaje ha sido el de Eddie House, quien vuelve al equipo en el que debutó. Tirador de rachas, ha bajado sus porcentajes de forma notable el último curso, probablemente por una menor velocidad a la hora de generarse espacios y superar a su par.

Completan los firmados hasta el momento el pívot Dexter Pittman, el base Kenny Hasbrouck y Shavlik Randolph, quien ya formase parte el año de la plantilla. Sólo el primero de ellos tiene contrato garantizado, pero son ya 14 los jugadores incorporados al equipo para el próximo curso. Recordemos que pueden tenerse hasta 20 fichas antes del inicio de la temporada, pero que en el inicio de la misma el máximo es de 15 y sólo 12 pueden estar en cada partido.

Y es que prácticamente tienen cerrado el equipo, sin margen salarial para incorporaciones importantes. Quizás en marzo puedan tener algún otro fichaje, como suele suceder en los equipos aspirantes al anillo una vez que otros jugadores son liberados de su último año de contrato (recordemos a Brent Barry, Sam Cassell, Marbury, Tim Thomas, el propio Ilgauskas,…) en los conjuntos que ocupan los últimos lugares de la clasificación. Independientemente de eso, de las posibles carencias que tengan en alguna posición, o de que puedan tener problemas para contener a algunos rivales en emparejamientos desfavorables, hay motivos de sobra para celebrar.

Qué diferencia con lo que pasaba hace un año.

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